Duván es un cazador de momentos perfectos. Todos sus gestos cotidianos y, particularmente, su creación artística, están impregnados por el refinamiento de un dandy digno de Huysmans, Pater o Dossi. Y todos sus gestos cotidianos le llevan siempre al mismo destino… la belleza y la bondad. La belleza y la bondad de la vida y de las personas. La belleza y la bondad de las ideas y de los sentimientos. Una belleza y una bondad a saborear sin moderación.

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Visita del piso/taller de Duván y entrevista

Cuando el hombre llega a la estética, se convierte en hombre. El hombre es una pregunta sin respuesta y es lo que más me interesa. En mis personajes hay melancolía, tristeza, alegría, ira, cinismo. Todos los hombres son distintos y todos tienen posibilidades de reaccionar de distintas maneras. De alguna forma, mi obra está captando eso que veo cotidianamente. Pero el hilo conductor es el concepto de humanidad. La vida es mi inspiración y yo soy mi propio modelo. Porque estoy viendo, filmando permanentemente en la calle con mi ojo y esto me lo estoy comiendo y luego lo digiero. Mi pintura viene también de mi silencio, de mi soledad, de lo que estoy buscando en mí mismo. De alguna manera tengo la fortuna de convertir eso en universal, y la gente lo capta y además disfruta de ello.

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Lo que más me impresiona de la gente es la bondad y la nobleza como yo la entiendo, no en el concepto de la aristocracia española o francesa, sino en la nobleza real del ser humano. En el hombre, en el ser humano, admiro lo bueno, lo bello y su trabajo. El trabajo de los seres humanos me parece la máxima expresión, es decir, lo que es hecho a mano y hecho con amor, para mí tiene una vibración peculiar.

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Uno nace artista. A los 4 años ya pintaba. Nadie me enseñó. Pinto en este momento como pintaban los flamencos. He adquirido técnica por mis propios medios. La gente pierde la técnica porque pintar bien requiere mucho tiempo. Descubrí que cuadros que había pintado hace años no estaban terminados, que había que volver sobre ellos y estoy logrando unos colores que algún día tendrán que ser como los del renacimiento cuando la gente sabía pintar. Utilizo el óleo de altísima calidad y pinto como pintaba Tiziano o Rafael. Es decir aquí no hay cambios de técnica. No me interesa la elaboración de una técnica nueva, porque con la técnica que ya hay puedo decir todo lo que quiero decir.

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Cuando me levanto, leo un poquito de literatura espiritual, de literatura que me alimente. Y trabajo toda la mañana y toda la tarde. Y cuando no pinto, yo dibujo. Aparte de eso, yo hago muy pocas cosas. Leo, pinto y copulo. Viajo por trabajo, no me gusta ser turista. Leo muchísimo y oigo música una hora al día. Estoy en silencio permanente. Me reúno con poca gente porque me gusta hablar poco con muy poca gente. La vida social no me interesa.

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¿Ojos con 2 ó 3 pupilas? Eso aparece después de leer a Carl Jung. Hay un consciente y un inconsciente, una parte racional y otra irracional, una parte animal y otra cultural. Podría ser también porque soy unifocal. En general los cuadros son estáticos en este sentido. Busqué cinetismo al colocar varias pupilas. Siempre se mueven, nunca están en el mismo lugar. Si te los miras, parece como si fuera la primera vez que los vieras. Ojos con 2 ó 3 pupilas también por el amor. Pensaba que el amor era la penetración absoluta del otro. El otro tenía que estar en mí o yo en el otro. Ese ser humano del cual me enamoraba o que se enamoraba de mí, tenía que fusionarse conmigo. Pero era imposible porque el otro siempre está en otro lugar, pertenece a otro lugar, está en su espacio. Entonces es imposible poseerle del todo. Es como el agua que siempre se está yendo.

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Para mí es tan importante pintar como comer una naranja, pasear o conversar con alguien que me gusta. Soy un cazador de momentos perfectos. Tengo muchos momentos perfectos en un día porque en el momento en que estoy saboreando algo, pienso que esto es perfecto y lo siento como tal. Entonces para mí, la alegría, lo sublime, no es una cosa que me venga de muy rara vez, yo vivo usualmente habitando la belleza, habitando la armonía.

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